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Uno de los grandes retos a los que se enfrenta actualmente nuestro sistema educativo es la necesidad apremiante de alinear la estrategia educativa con las demandas del mercado laboral.
Aunque desde la Administración educativa y los centros escolares se intenta dar respuesta a los nuevos retos de la sociedad, a través de la incorporación de nuevos recursos, especialmente aquellos vinculados con tecnología, y transformar los métodos de enseñanza hacia otros de tipo competencial y más globales, las empresas siguen percibiendo un desajuste entre la formación que proporciona el sistema educativo y sus necesidades.

Existe consenso en el mundo empresarial al señalar que, a la hora de incorporar nuevos perfiles, se valoran en mayor medida las habilidades y las competencias -necesarias para afrontar cambios constantes e integrarse en equipos de trabajo multidisciplinares-, que los conocimientos puramente teóricos, que quedan relegados a un segundo plano puesto que en una sociedad líquida y en continuo cambio, es necesario actualizar estos conocimientos continuamente.

Si repasamos las tendencias globales relativas a las demandas del mercado laboral, todo apunta a que los sectores que más van a crecer en los próximos años son aquellos relacionados con el ámbito tecnológico y la innovación, mientras que otras profesiones se verán progresivamente abocadas a su desaparición, principalmente en aquellos sectores que se han mantenido estáticos durante décadas, y que son fácilmente reemplazables por soluciones tecnológicas. Del mismo modo, las diferencias salariales entre ocupaciones que requieren personal cualificado o no cualificado se irán acentuando cada vez más.

En este contexto, el sistema educativo debe reciclarse y ser capaz de adaptarse para dar respuesta a las nuevas exigencias de la sociedad y del mercado de trabajo, donde las denominadas habilidades blandas o Soft Skills, se tornan imprescindibles. Estas habilidades se relacionan, por ejemplo, con la competencia digital y el emprendimiento –entendido como un conjunto de habilidades y actitudes relacionadas con la creatividad, la comunicación, la empatía, la autonomía, el trabajo en equipo, la toma de decisiones o el liderazgo, entre otras-.

Desarrollo de competencias

La Comunidad pionera en integrar el emprendimiento en el Sistema Educativo en nuestro país fue Asturias donde Valnalón inició el impulso de la educación emprendedora en los años 90, y poniendo en marcha en el año 2003 la asignatura Empresa Joven Europea. Aunque en los siguientes años se transfirió la metodología a otras Comunidades Autónomas, no fue hasta el año 2013 cuando se incluye a nivel estatal el Sentido de la iniciativa y el espíritu emprendedor como una de las siete competencias clave recogidas en la LOMCE, considerada ya en ese momento por el Marco Europeo como un elemento curricular clave. Esto marca un punto de inflexión, puesto que desde este momento se comienza a concebir el emprendimiento como una disciplina mucho más amplia y transversal, que al alumnado le resultará de utilidad en muchas esferas de su vida, tanto profesionales como personales.

Precisamente por esto, desde etapas tempranas la escuela debe absorber todas aquellas metodologías que están funcionando en el mundo de la empresa, dotándolas de nuevas aplicaciones y usos. Una fórmula para trabajar el emprendimiento en edades tempranas consiste en el empleo de metodologías ágiles, que supone una ruptura con la enseñanza tradicional, siendo necesario reformular los roles de los agentes implicados en el proceso de enseñanza-aprendizaje, para facilitar al alumnado experiencias de aprendizaje activo donde desarrollar sus habilidades blandas, partiendo de necesidades concretas y reales que les permitan alcanzar conocimientos significativos, convirtiendo a los discentes en protagonistas de su propio proceso de aprendizaje. 

Metodologías ágiles

Son muchas las metodologías que se pueden emplear, como SCRUM, Kanban, Lean StartUp o Design Thinking. Todas ellas se basan en la reflexión colaborativa como elemento de mejora, buscando la implicación de todo el alumnado, pero ajustándose a sus ritmos de aprendizaje individuales. Partiendo de necesidades reales, se buscará la solución óptima y que mejor se adapte en cada momento a la cuestión trabajada. Para ello, el alumnado tendrá que conocer el problema en profundidad, informarse, usar de forma creativa la tecnología, tomar decisiones, autogestionar sus recursos, comunicarse o negociar, entre otras muchas habilidades que deberá poner en práctica.
El profesorado en este caso pasa a asumir el rol de facilitador de aprendizaje, empoderando al alumnado y haciéndole más conscientes de su propio proceso de aprendizaje, que realiza de manera supervisada pero autónoma. A través de este tipo de metodologías, muy ligada al Aprendizaje por Proyectos (ABP) o Aprendizaje Servicio (ApS), el alumnado va descubriendo los temarios de diferentes materias de forma simultánea y relacionándolos con la realidad que le rodea, en vez de presentarles los contenidos secuencialmente y de forma independiente.

Una de las primeras experiencias desarrolladas por CTIC en esta línea consistió en un campus de iniciación al emprendimiento de base tecnológica dirigido a jóvenes de entre 12 y 16 años, TecnoEmprende, en el marco del proyecto Junior SmartLab, desarrollado en el año 2014. Le siguieron muchas otras propuestas, partiendo de temáticas y tiempos diversos como Think Tanks: Open Innovation, como una de las actividades del proyecto Gijón SmartKids, o ThinkEmprende y Campus de Emprendimiento, en el marco de Oviedo Emprende. También se ha hecho hincapié en formar a docentes en el empleo de estas metodologías a través de diversas formaciones, con el objetivo de que puedan emplearlas en el desarrollo de su práctica docente.
El denominador común de todas estas experiencias, independientemente de la edad de las personas participantes, tiempo de ejecución o contexto, es el desarrollo de proyectos innovadores y disruptivos, consiguiendo la implicación y el compromiso de la totalidad de participantes. 
 

Cristina Arribas

- Equipo Innovación Educativa -

CTIC Centro Tecnológico

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