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En los últimos años se ha venido hablando de un nuevo concepto relacionado con el uso de la tecnología –el bienestar digital– que, paulatinamente, está adquiriendo más fuerza y relevancia. Este concepto hace referencia a un estado de equilibrio entre el uso de tecnología y el resto de actividades que desarrollamos a diario en donde lo primero no penalice a lo segundo (Álvarez y Ruíz, 2018) y, por extensión, no perjudique ni limite la vida de la persona en ninguno de sus entornos de desarrollo. La concienciación progresiva sobre el uso que, hoy en día, se está haciendo de diversos dispositivos y contenidos digitales (más allá de los entornos en donde resulta necesario y adecuado) ha supuesto que profesionales de diferentes ámbitos (sanitario, educativo, tecnológico…) entiendan el bienestar digital como una necesidad asociada a la Sociedad Digital en la que vivimos.

En este panorama, nos encontramos un nuevo perfil de usuario interactivo que se forja desde la infancia y se consolida a partir de los 10 años, caracterizado por la accesibilidad y el uso intensivo de servicios digitales en cualquier contexto y momento (Ramos, López y Torrecillas, 2018), aspecto muy vinculado al smartphone en donde un 69,8% de la población entre los 10 y los 15 años ya dispone de uno propio; cifras que ascienden hasta el 94,8% en adolescentes de 15 años (Instituto Nacional de Estadística, 2018). 

 

Bienestar digital CTIC

 

Este uso continuado de la tecnología desde edades tempranas puede conducir a un uso excesivo y descontrolado con importantes consecuencias a diversos niveles, un hecho que ha sido reconocido como problema de salud pública por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2014. El término de uso excesivo no se limita exclusivamente al número de horas de utilización de dispositivos tecnológicos, sino que hace referencia a que ese uso interfiera en el normal desarrollo de la vida de la persona (Malo, Martín y Viñas, 2018), lo que puede estar relacionado, además de con el tiempo de “conexión”, con la frecuencia, el momento o el espacio en que se realice dicha “conexión” llegando a definirse, en la actualidad, diversas alteraciones asociadas a este uso excesivo y descontrolado como son: nomofobia, FOMO (fear of missing out) o phubbing, entre otros.

Sin duda, el uso de tecnología y dispositivos digitales requiere, necesariamente, de periodos de desconexión y entornos en los que la tecnología no esté presente; algo que, en muchas ocasiones, no es fácil de conseguir. Las grandes tecnológicas a nivel mundial (Google, Facebook, Microsoft o Apple, por poner algunos ejemplos) están trabajando intensamente en el concepto de bienestar digital (lo que denota el calado del concepto y la necesidad detectada) y están desarrollando diversas herramientas (incluidas en sus sistemas operativos) cuyo objetivo es monitorizar la interacción entre la persona y su dispositivo tecnológico desde una perspectiva informativa, en ningún caso restrictiva. En este sentido, la información es necesaria, pero en muchas ocasiones no resulta suficiente; sobre todo, considerando que de poco sirve un aviso sin una conducta autorregulada que lo acompañe. 

De esta manera, la educación, desde todos los núcleos sociales y de forma transversal, es clave. Una sociedad digital (líquida y en constante transformación) precisa de una educación digital de calidad que promueva el desarrollo de unas competencias digitales robustas y que, tal y como se plantea en la ley educativa vigente, permitan hacer un “uso creativo, crítico y seguro” de las TIC en cualquier ámbito. Unas competencias digitales dirigidas a, entre otros muchos aspectos, la consecución de una autorregulación conductual que posibilite un equilibrio de momentos online y offline y que, por su repetición sistemática, se conviertan en buenos hábitos digitales. Unas competencias digitales que, en definitiva, promuevan el desarrollo del bienestar digital que lleve a hacer un uso tecnológico responsable, equilibrado y saludable.

CTIC Centro Tecnológico cuenta con una extensa experiencia, desde el año 2006, en el ámbito de la promoción de un uso seguro y responsable de las TIC en menores mediante la puesta en marcha de diferentes acciones que incluyen a las y los menores, así como a los agentes que intervienen en su desarrollo (centro educativo y familia) encaminadas a contribuir a la construcción de una cultura de prevención y responsabilidad. En esta línea, CTIC ha sido la entidad responsable de desarrollar el diseño, ejecución y gestión del Programa “Jornadas escolares para un uso seguro y responsable de la red” en sus ediciones I y II y, nuevamente, será la encargada de llevarlo a cabo para los dos próximos cursos escolares. Todo ello, con el firme compromiso de fomentar, entre las y los más jóvenes, un uso seguro, responsable y creativo de las TIC, aspecto que repercute de forma directa sobre el desarrollo del bienestar digital.

 

Referencias

Álvarez, R. y Ruíz, J. F. (2018). De las Ondas a la Red: Educación Digital y Bienestar Digital. Entrevista radiofónica disponible en http://play.cadenaser.com/audio/ 006RD010000000319189/

Instituto Nacional de Estadística (2018). Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares. En https://www.ine.es/prensa/tich_2018.pdf.

Malo, S., Martín, M. y Viñas, F. (2018). Uso excesivo de redes sociales: Perfil psicosocial de adolescentes españoles. Revista Científica de Educomunicación, 56(26), 101-110.

Ramos, I., López, C. y Torrecillas, T. (2018). Percepción de riesgo online en jóvenes y su efecto en el comportamiento digital. Revista Científica de Educomunicación, 56(26), 71-79.

 

Noray Rubio

-Equipo de Innovación Educativa-

CTIC Centro Tecnológico

 

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