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Hace unos meses la UNESCO publicaba, en colaboración con la coalición EQUALS Skills, el documento “I'd blush if I could” con el objetivo de visibilizar la persistencia de la brecha digital de género e informar sobre la necesidad de realizar una intervención educativa que posibilite la reducción de dicha brecha. 

“Me sonrojaría, si pudiera” es la traducción al castellano del título de este libro. Esa es la respuesta que Siri, la asistente inteligente de dispositivos Apple, respondía cuando la insultaban. 

UNESCO

Cortana, Alexa o Aura son otros asistentes virtuales en los que se repite el mismo patrón: mujer joven, con voz sensual, sumisa, servil. ¿Por qué no se está siendo consciente de que se están perpetuando estereotipos en este sector en crecimiento exponencial?

Cada día vemos cómo incorporan chatbots entidades de todo tipo y sería importante reflexionar sobre las consecuencias y adoptar las recomendaciones que el documento ofrece para que la proliferación de asistentes digitales no siga haciendo mayor la brecha de género. 

Las recomendaciones que se incluyen son la realización de estudios que documenten la evidencia (identificando las fuentes de los sesgos); la creación de nuevas herramientas, reglas y procesos; incorporar la perspectiva de género en el desarrollo de las competencias digitales; incentivar, desde la iniciativa pública, la creación de modelos sin sesgos de género o la presencia de femenina en los equipos que desarrollen las aplicaciones que, desde la administración pública se contratarán. 

Hay algunos asistentes virtuales, como Bixby (Samsung) que permiten elegir la voz de hombre o mujer. La de “ella” es la que viene por defecto.
Cuando Samsung estrenó Bixby en Estados Unidos cometió el error de describir a la voz del hombre como “positiva, segura y clara”, mientras que a la de mujer le asignó las etiquetas de “contenta, clara y alegre”.
Las críticas no tardaron en producirse y actualmente, en España, el estilo de voz que seleccionas es Sandra o David; sin más complicación.

En el mes de marzo salía a la luz “Q”, el primer asistente de voz sin género que nació con el objetivo de acabar con los estereotipos de género en asistentes de inteligencia artificial. La frecuencia que utilizan está en un abanico entre 145 y 175Hz, pudiendo modificarla con tan solo mover el ratón por ella.
Su reto va más allá de la aplicación ya que lo que proponen es que se comparta su voz con Apple, Amazon, Google y Microsoft para que la tecnología reconozca a todas las personas independientemente de su género.

Q - asistente virtual sin género

En estos momentos, en CTIC, se está desarrollando Citian, un chatbot que incorpora Inteligencia Artificial y que surge para dar respuesta a una demanda identificada en el Plan de Igualdad: conocer las medidas de conciliación de CTIC, así como la normativa establecida en cuanto a política retributiva, promoción, acceso a formación, etc.

Un asistente virtual que, se está siendo desarrollado por un equipo mixto, formado por Charo Campomanes, doctora en Ingeniería Informática especialidad en Inteligencia Artificial por la Universidad de Oviedo y cuya tesis fue premiada en 2016 por la Asociación Española de Inteligencia Artificial; y por Pelayo Quirós, licenciado en Matemáticas especializado en la rama de Estadística y doctor en el programa de Matemáticas y Estadística, ambos por la Universidad de Oviedo.

Equipo Datos

Luisa María Paz Vázquez. 

- Agente Igualdad CTIC -

CTIC Centro Tecnológico

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